La tradución de la palabra Ashtanga del Sánscrito, Ashto significa: ocho y anga quiere decir rama.
-“Sthira sukham asanam”-, es decir, una postura constante y confortable, que se torna en una posición inquebrantable del cuerpo que, su vez, está relajado. Ello conduce a la simetría perfecta y a la expansión mental asombrosa.
Es la expansión y la libertad de la respiración. En algunas traducciones se encuentra la palabra “control” de la respiración, pero si observamos, la respiración ya está siendo controlada y restringida por el ego y las emociones. Con el pranayama se aprende a soltar el aliento como a un pájaro.
Más que un control forzado de los sentidos, es una sensación de abandono, que emerge en forma de deseo incitado por el ego y que aflora luego de una comprensión total y magnánima del dolor. Será el ego quien se confiera a sí mismo la autoridad de disfrutar a través de los 5 sentidos.
Por otro lado, los sentidos en el momento presente, son una puerta a la iluminación, aunque el error está en el apego que se tiene a una impresión que pertenece al pasado y que se quiere repetir. O sea que, este apego, nos sustrae de los preciosos momentos del ahora para tener ocupada la mente en revivir experiencias que ya acaecieron.
Concentración en un punto específico o artículo. Es la atención de la mente sobre un objeto.
Es mejor si el objeto intriga a la mente o si se siente alguna emoción física impactante hacia este objeto, como por ejemplo algún tipo de devoción que hace temblar el cuerpo, llorar o sudar, entre otros.
Es el derrumbe total de la psique y de los objetos periféricos. Este desplome aún cuenta con un punto concéntrico donde todos los pensamientos se sosiegan. En síntesis, se alcanza la Meditación cuando estos estados se obtienen de una manera relajada, sin esfuerzo ni tensión.
En la meditación existe un cierto grado de absorción, enfracamiento, entrega, embelesamiento, ensimismamiento y en la concentración hay algunos esfuerzos involucrados. Vinay comentario: Por lo general, la diferencia entre dharana y dhyana estriba en la diferencia que existe entre verter agua con pocas burbujas e intermitentemente y echar el aceite suave y de manera continua. En este punto, la concentración es totalmente fluida, sin interrupciones. En Dharana la mente fluye hacia un objeto, con otros pensamientos que se intercalan. En Dhyana la mente fluye hacia un objeto sin otros pensamientos.
En este estado el meditador se funde con el objeto de concentración, la individualización de la conciencia termina y se convierte en conciencia universal y colectiva. Es el Testigo indestructible.
Alcanzar samadhi es la culminación de las ocho ramas del Ashtanga. Es la meta, el fruto del árbol. Para llegar a este punto tienes que haber escalado a lo más alto del árbol para verlo -Todo-.
El fruto crea la semilla para la siguiente generación de árboles, y también es la parte comestible del árbol, la que tiene un sabor dulce. El fruto existe para que lo consumamos, o para que nos consumamos. Alcanzar samadhi es unirse a Dios.